14/3/09

Visita a Zonamerica, la zona franca de Montevideo.

Montevideo es una ciudad pequeña que se esta explayando debido a un aumento notorio de la actividad comercial con el resto del mundo luego de la crisis económica del 2002.
Si bien muchos de los proyectos que se están desarrollando en el país no son nuevos, existe un manojo de emprendimientos que están indicando que aquel modelo de país de gran estancia ganadera por un lado y plaza financiera por el otro, a dejado de ser un ideal gubernamental.
El puerto luce abarrotado de vehiculos, gruas y contenedores que deben ser trasladados a playas de uso privado debido a la escases de espacio físico en dicha zona, que además recibe buques de pasajeros lo que conforma todo un lió cuando arriban al mismo tiempo los cruceros, el Buquebus proveniente de Buenos Aires y barcos mercantes.
El problema nuevo es desplazarse con agilidad en una ciudad que siempre fue apacible y aunque la zona franca de Montevideo se instalo en el kilómetro 17,500 de la ruta 8, ya hace muchos años, no existe una vía rápida para llegar a ella desde el puerto, debiendo atravesar la zona urbana con todas las complicaciones que ello representa.
Descubrí que las urbanizaciones están acercándose a Zonamerica a pasos de gigante, a uno de los lados de su espacio físico se esta construyendo una nueva ruta que conectara la ruta 5, que conecta con el norte y el litoral del país con la ruta 102, lo que facilita el acceso con el aeropuerto, (también se esta construyendo uno nuevo) y con la zona este fronteriza con el Brasil.
Conocí Zonamerica años atrás, cuando parecía mas una ilusión que un proyecto valedero, pero hoy día luce como un verdadero polo de actividad febril.
No es un sitio para pasear, así que tuve algunas demoras para ingresar debido a mi visita no anunciada, ( no creo que mi ingles fuera el problema, aunque con el rostro que porto en esta vida estaría mejor acompañado por aires de Galicia)
Necesite que me repitieran un par de veces las indicaciones para llegar al local que pretendía, realmente es fácil equivocarse de rumbo en un lugar de atractivos enjardinados, y caminaría intrincada con construcciones muy parecidas entre si, que solo lucen variantes en las fachadas, pero en general son todas del mismo color marrón rojizo.
Algunas de esas construcciones ni siquiera lucen algún logo de la empresa que albergan.
No pude evitar una sonriza al ver circular un carrito eléctrico que al parecer hace el servicio de bus entro de la zona y no era el único que circulava movido por energía eléctrica, pero estos parecían pertenecer la servicio de mantenimiento.
Halle el local que buscava muy cerca de donde una pala mecánica actuaba con excesivo brío, un grupo de obreros hacían lo suyo ignorando los bramidos de su motor, así que me resigne a estacionar mi auto allí, confiando que quien la manejaba sabia lo que hacia y no se le iría disparada a embestir mi coche.
Pensé que con el ritmo que llevaban todos los obreros, de pronto el edificio estaría terminado para cuando yo saliera de aquel local, no fue así, pues mi visita fue muy breve.
Me encontré con unas oficinas muy bien equipadas, todo muy moderno y cómodo, un amplio deposito con la mercaderías perfectamente acondicionada.
Supe allí mismo, que existen personas que alquilan locales para sub-arrendarlos a terceros, no es mi especialidad ese tipo de negocios, pero supongo que debe ser mas sencillo y lucrativo que arrendar departamentos.
Haciendo el camino de regreso, note el semblante distendido de las personas que allí laborean, no fueron pocas las que observe, supongo que el hacer la caminata por un entorno tan agradable los ayuda a despejarse de los naturales rigores del trabajo.
Equivoque de nuevo el camino pero lo aproveche para ver algo mas de esta Zonamerica tan bonita.
Para cuando halle la salida, el mismo guardia de seguridad del ingles británico, amablemente me pidió que abriera el baúl, para comprobar que no me esta va robando nada, pensé en su madre, seguramente fue esa buena señora quien le pago el curso en larguísimas cuotas, con el lucro generado taconeando por alguna esquina.
El café que me ofrecieron, era instantáneo, americano y malismo, me provoco acides.

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